Fotos...
14/08/2013 - Nigüelas - Trevélez.
67 Kms.
2400 metros positivos.
A las 6:30 y con el estómago vacío comienza el show! Antonio
está puntual en el camping Sierra Nevada a la hora acordada, y colocamos las
tres bicicletas en los “portas” del coche de Antonio. Salimos dirección Nigüelas, inicio de la Pedales de Granada,
no sin antes detenernos a tomar un café con leche con tostadas. En el viaje,
Antonio no para de darnos instrucciones sobre la ruta, además de explicarnos
por qué los jamones tienen que ser de hembra y de pata izquierda! Llegamos a
Nigüelas, descargamos las bicis, nos preparamos y tras la foto de rigor
comenzamos la ruta, no sin antes ser perpetuados por el objetivo del móvil de
Antonio. Nos colocamos los sándwich que nos han preparado en el camping,
zumito, Alhambra fresquita… Go!
La sonrisa de los ingenuos
Cruzamos Nigüelas con ligera pendiente en ascenso, y
encaramos el Paseo de la Pavilla, lugar donde los chavalines del lugar “pelaban
la pava” en el único día que podían salir al campo sin “farol” a recoger
abedules con los que adornar a su Virgen (esto es otra historia cortesía de
Antonio!). El paseo nos obliga a descabalgar, ya que es un congosto de menos de
70cm por donde no pasan nuestros manillares. Vamos literalmente sobre la
acequia principal los ríos Dúrcal y Nigüelas. Salimos del congosto y por el Río
Torrrente y dirección descendente para a los pocos metros cruzarlo y encarar
una pista en ascenso que nos lleva al primer puerto del día. Duros repechos que
nos cogen fríos, en apenas 4 Kms subimos 360 metros.
"Paseo" de la Pavilla
Rodamos en dirección Sur-Este, vamos dejando Nigüelas a
nuestra espalda. Ganamos altura con buenas vistas sobre el embalse de Béznar.
Rodamos por pistas anchas y un poco polvorientas, nos metemos en la Alpujarra
Granadina. La pista avanza rápidamente perdiendo altura hasta el Km 10, donde
comienza la segunda ascensión del día. En el Km 13 paramos en la fuente de
Pedro Calvo a cargar agua, pues hasta el Km 32 no tenemos agua.
Una curva de tantas
La fuente de Pedro Calvo
A la salida de la fuente comienzan 25 curvas de herradura
que nos llevarán hasta los 1635 metros snm. A nuestra derecha, espectaculares
vistas al valle. A nuestra izquierda, el Tocón y el Pico Veleta. A nuestros
pies tenemos el pueblo de Lanjarón.
Dejamos la pista que sigue subiendo con curvas de herradura
y tomamos una senda que sale a la derecha, primero en ligero descenso para a
continuación bajar vertiginosamente. No está muy limpia pero no es técnicamente
difícil y se baja rápido.
De nuevo toca subir. Subimos hasta los 1700 metros y en el
Km 30 paramos para dar buena cuenta de los sándwich de jamón y chorizo con una
Alhambra un tanto calentita… Desde el mirador de Cáñar las vistas a Cáñar,
Soportújar y Órgiva son sencillamente espectaculares, Alpujarra pura, pueblos
blancos y verticales.
Desde el mirador de Cáñar
En el TECHO de la ruta
En el refugio del puntal (punto más alto) titubeamos hasta
encontrar la senda que rápidamente nos lleva hasta el río Mulhacén o Poqueira.
Giro rápido a derecha, pasamos por Casas de la Cebadilla y en leve pendiente
vamos a buscar la Acequia de los Lugares, que nos acompaña hasta Capileira,
primer control de la ruta.
Cañita y tapita para los ciclistas. Comemos en la terraza
del Mesón. Los dueños no es que se deshagan en atenciones… pedimos pasta y nos
dicen que “es para sus clientes”. Menú con plato Alpujarreño (segundo del
viaje) que no es más que huevo con patatas y embutido… Alpujarreño¿? En fin, mi
consejo, si no dormimos en Capileira, es comer en otro sitio y por lo menos
probar suerte, no me gustó para nada el trato. En la terraza hace un fresquete
interesante, y aunque habíamos planeado descansar y escondernos del sol durante
las horas del mediodía, decidimos continuar la ruta. Nos quedan 20 Km y 600
metros hasta Trevélez.
Salimos de Capileira y subimos por pista cómodamente hasta
el área recreativa del río Bermejo, con buenas vistas al valle. Perdemos un poco
de altura por pista para de nuevo llegar a los 1800 metros snm. Por primera vez
vemos el pueblo de Trevélez a nuestra izquierda. Bajamos rápidamente por senda
ciclable hasta la parte alta del pueblo (barrio de arriba) y siguiendo el track
cruzamos el pueblo de norte a sur, buscando el hostal Mulhacén, que se
encuentra justo al otro extremo del pueblo. Trevélez es un pueblo – secadero de
jamones. Cuando Antonio nos dijo que el pueblo olía a jamón, pensábamos que
exageraba. Para nada. Realmente es un secadero con Ayuntamiento. Nos instalamos
en el alojamiento (por fuera no tiene muy buena pinta, pero las habitaciones
son nuevas y confortables), nos bañamos en una poza del río Trevélez y damos un
paseíto por el pueblo, a probar el famoso jamón. Cenita en el restaurante
“Piedra Ventana” y a descansar.
Monumento al jamón de Trevélez
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